martes, 2 de septiembre de 2008

Mi carro: el adiós

Compañero de tardes y amaneceres, de mañanas y noches sin fin, te vendí y no me arrepiento. Olvidé todas tus bondades y lo bien que la pasamos juntos, y te vendí. Eras un poco salado, es cierto, y nos chocamos muchas veces, sí, pero has de saber que te quería. No como para llorar por tu partida, pero algo de cariño te prodigué. Tu comprador, gracias a Dios, no lee este blog, por eso se enamoró de ti ignorando tu pasado. Pero qué es el pasado sino lo que somos en el presente. Y tú te veías muy guapo hoy, justo hoy cuando te entregué a otro. No niego que me pagó bien por ti, aunque supongo que valías mucho más, y que los dólares pesaron más que el sentimiento; pero reconoce que al fin y al cabo eras una cosa y la vida nos enseña que no hay que aferrarse a los objetos. Viajé contigo, pasee contigo, nos emborrachamos, nos drogamos, hicimos el amor en la playa y en un parque, fumamos hasta el amanecer y llevaste por calles y carreteras a muchos amigos y amigas que también te recordarán con una sonrisa. Como yo. Aunque ya no estés, aunque te hayas ido. Adiós.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Mmm...si pues, bastantes trazos ha dejado ese carrito, tambièn lo recordarè y es que viajè en èl!! y de seguro que tu hermanito lindo lo recordarà mucho mas jeje...adios rojito!!

Cecilia C.

Anónimo dijo...

Se fue un grande, un inmortal, el que esquivo mas de una vez el chatarreo asi como las papeletas. Se fue un Leon y se fue con la melena muy en alto.

CL

Anónimo dijo...

o sea que a ese carro solo le falto volar, hablar y ser negro para ser el carro de batman.

Anónimo dijo...

que pena, lo vendiste, y ahora quién podrá ayudarnos?

Anónimo dijo...

si pues, borron y cuenta nueva.

A nonimo

Fr@nk M!Ch@ell dijo...

estoy en las mismas con mi carro chocon, pero como que da pena venderlo, soy capaz de volverme a endeudar por dejarlo OK!!!

Anónimo dijo...

Pobre carrito...Bueno, ya cumplió su ciclo contigo. Ojalá que el nuevo dueño sepa tratar bien al super carrito comunista. Un abrazo!

Harold S. Alva Viale dijo...

vamos a extrañar al auto rojo Quique, pero puedo jactarme que fui uno de los últimos testigos de una noche de humo y de cervezas. Fuerza maestro, usted lo ha dicho, se trataba de un objeto. Pero duele no?

Anónimo dijo...

...Es extraño, pero la verdad que uno logra aprender a tener cariño por ese objeto que a veces es más que un amigo y que te abandona sólo de vez en cuando, pero siempre regresa para estar ahí contigo y seguir juntos. Yo he intentado deshacerme del mío hasta en 10 ocasiones; pero nada. Debo admitir que ¡adoro a mi carro más que a los hombres¡. Mi más sentido pésame por esa pérdida.

Anónimo dijo...

y hoy te vas
te vas te vas
te vas