sábado, 19 de septiembre de 2009

Alguien llama

Su tez blanca, cabeza rapada, gafas oscuras. Su computadora, su cuaderno. Su mano de mago con mucha luz, mucho color. La muñeca hermosa lo controla. Yo soy su reloj. Su largo vestido duerme en el auxilio. Las paredes azules se mofan del dolor porque antes tuvieron placer. Él despierta. Su mano en mi frente. Sus alas son gelatina. La muñeca tiene cabellos rubios. Su deseo me niega. Me baño de luz. Floto en mi cerebro. Mi cuerpo es polvo gris y crece. No me quieras más. El guante me toca. Aquí no hay sonrisas.

6 comentarios:

Carmen dijo...

1.Toc, toc.

2.Ceso de golpear la madera.

Me marcho antes de que alguien abra la puerta.

Un reloj dijo...

Porqué he leído esto y me he sentido un poco triste y desolada, al final de todo?

Anónimo dijo...

Me da una sensaciòn de desolaciòn...un recuerdo perdido, una causa perdida, no lo sè.
Alguien me comentaba hace un tiempo que los poetas deben ser, en muchos sentidos, distìmicos para crear...Yo le decìa que no necesariamente.
La vejez como la muerte son parte de la vida. Èsta no completarìa su ciclo si no ocurrieran. ¡Què difìcil se nos hace a veces aceptarla!...si tan sòlo pudièramos aceptar que no existen los absolutos y no existen los para siempres...tal vez asì y sòlo asì nos atreverìamos a ser un poco màs felices...

Anónimo dijo...

Camino hacia el Norte, entonces me alejo del Sur. Me acerco a la luna y dejo atrás el día. Doblo a la derecha, pero después a la izquierda. Hay días donde se ve la luna... de día. Desde el Sur el Norte aparece espectacular, quieto y deseable. La tierra es redonda como tu ternura. La vida no es recta. No es correcta. Tampoco lo soy. Hay luz, hay colores. Están los recuerdos. Y las sonrisas eternas. Y así.

Yala.

Maggie dijo...

Hola bohemio: Acabo de encontrarte. ¿por qué no creer que lo imposible, en realidad lo es? Espero que sigas allí.

Enrique L. dijo...

Hola Maggie.