jueves, 31 de julio de 2008

Las cagadas de mi vida

La otra noche, al dar un paso fuera de mi casa en dirección a mi carro para ir al cumpleaños de mi amigo Raúl, sentí un ligero golpecito en mi hombro derecho. Volteé a ver de qué se trataba y efectivamente era lo que imaginaba. Luego alcé la mirada para conocer el origen de aquello casi familiar para mí y entonces lo pude ver: el culo de una paloma que yacía posada en la cornisa de la ventana de la habitación de mi hermana. Es decir, había sido cagado por un pajarraco una vez más.
El día en que a Santiago Nassar lo iban a matar, cuenta Gabo, había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros. A mí los pájaros me han cagado y salpicado tanto en sueños como en la vida misma. Y no sólo en la cabeza, sino en los hombros, el pecho, en la espalda y caminando por la calle; vestido de traje, solo, acompañado, de pie, aquí, allá, bajo un cielo límpido de nubes y hasta dentro de un local.
Las palomas y sus regalos son considerados un mal endémico mundial. En muchas ciudades de Europa las matan porque se multiplican tan rápido como los conejos y dicen que ya hay demasiadas. En las latinoamericanas también las matan, pero supongo para que la gente se prepare algún buen guiso o un caldito con fideos. Pero en todas, hay que decirlo, existen quienes las alimentan con maicito o pancito o algún otro grano que les sobra en casa. Es decir, hay quienes les llenan el buche para que después se dediquen a cagar a diestra y siniestra.
Dicen que la probabilidad de que alguna paloma guanera te cague es de una en un millón. Esto, claro está, si te encuentras lejos de iglesias, plazas, monumentos o parques, en donde abundan. Y dicen también que es de muy buena suerte y otros aseguran que no solo eso, sino que significa plata, money, soles, dólares o euros. La verdad es que no me puedo quejar de la vida que he tenido, pero no quiero pensar que todo lo bueno que me ha pasado se lo debo a las cagadas de las palomas. Pero calculo que cuando algunos mencionan lo de plata, money, soles, dólares o euros, se refieren al gasto que ocasiona limpiar la mancha y el olor que te dejan.
Puedo contar muchas anécdotas con respecto a los cagues de las palomas en mi vida, pero sólo me detendré en una. Ocurrió hace muchos años en un matrimonio en Monterrico. Habíamos ido en grupo a la iglesia y luego a una casa enorme con jardines, piscina y un gran salón techado con toldo al fondo. Había un bufé con mucha comida y gente elegante por todas partes. Yo había ido con un terno negro, impecable, y con una corbata amarilla medio brillosa, elegante. Me senté en una de las mesas redondas junto con Arturo, Mónica, Erika, José, Isabel, Álvaro y Elizabeth, entre otros. Presenciamos la entrada de los novios, la presentación, el baile con los padres y padrinos, y aplaudimos entusiastas el vals que interpretaron. Jenny estaba radiante. Todo estaba muy lindo. Y como parte del programa y marco ideal para el baile central, soltaron unas palomas. La gente se alegró y festejó el detalle. Luego de algunas piruetas, casi todas salieron volando por un espacio abierto en el techo, salvo una. Era blanca. Y fue esa una la que sobrevoló por nuestra mesa y soltó su proyectil. Su blanco, mi terno negro, hombro derecho. La maldita había tragado tanto que más bien parecía un pato el que me cagó. Era un chorro. Mis queridos amigos de la mesa se morían, pero de la risa. En ese momento me enfurecí con todos. Odiaba que se rieran de mi desgracia. Qué suerte ni qué ocho cuartos. Váyanse a la mierda, les dije. Luego Mónica se puso a mi lado para ayudarme a limpiar la caca de ese bellaco pajarraco. Mi rostro era un tomate de la cólera y de la vergüenza. El de Mónica también, pero por la risa contenida.
Lo bueno de estas cosas, aparte de la estrella que dizque te trae, es que te haces inolvidable. Casi famoso, diría. De esta anécdota han pasado casi diez años y aún mis amigos la citan en las reuniones que hacemos. Pero claro, si no se tiene la paciencia y el aguante para resistir las risas y carcajadas, que no son burlas precisamente, entonces sí la cuestión se complica.
Yo me río con mis amigos y me encanta hacerles reír. A veces sin quererlo, a veces montando shows (como hace unos días en una discoteca cuando me lancé a los brazos de una rubia con sorpresa). Y no necesito de palomas ni de sus cacas para tener la suerte de reírme de mí mismo. Aunque si de alguna fortuna traída por estas debo de ufanarme, son justamente ellos, mis amigos, una de las más grandes que me ha brindado la vida.

13 comentarios:

Fr@nk M!Ch@ell dijo...

no hagas tanto higado por las mansas palomas, que mientras mas gruñas mas te cagaran, mas bien eres bendecido por tanta kk de paloma, que creo te ha traido suerte. nos vemos palomete

Anónimo dijo...

jajajajajaja
jajajajajaja
ay leónnnnnnnnnnnnn
jajajajajaja

Anónimo dijo...

No estuve en el matri de Jeny y no vi esa cagada memorable. Cada vez que alguien habla de una cagada de paloma la relaciono contigo y la risa se hace incontenible, jajajaja.
Te quiero ojo,
Sol

Anónimo dijo...

en la vida hay cagadas y cagadas pero esto es una cagada suerte por usted y q viva la ca............

Anónimo dijo...

Me da mucha risa q tengas la mala suerte de ser cagado por tantas palomas en tu vida...pero es mejor tomarlo con correa y no hacer coleron, caballero no más ese es tu destino. Las palomas te quieren muchooooo...jajajaja.
Ruth

Unknown dijo...

Celebro tus textos corazon, pero este es y sera memorable, porque conozco a todos los protagonistas, (jaja) y porque he disfrutado mucho leyendolo. Me haz hecho reír. Muakkkk!!

Anónimo dijo...

Yo soy testigo del "crimen" de la bendita paloma y realmente la cagada fue como mi entrañable la describe. Era una ave con tremendo estómago que el elegante traje de la víctima quedo para el tacho. Gracias a esa palomita hoy nos reímos tanto cuando nos acordamos que valió la pena el sacrificio del León, jajaja.
Obvio y cuando voy a un matri, iglesia o evento donde circulan estas avecillas siempre estoy atenta a cuidar mis hombros y cabeza de su intestinal regalo.

Johao dijo...

A quien no el a caido un proyectil de caca de paloma.
Las malditas son mas certeras que un francotirador.
Una vez me cayo uno en los lentes.
A mi me cagaron y mis amigos tambien se cagaron, pero de risa.

Anónimo dijo...

Si pes aliancista ahora serás, aish Kiki, ahora atormentas a las palomas con tus injurias, sigue así y te caerá un regalito de un cóndor o mejor aun de Aerocondor.
YOnathan

Anónimo dijo...

EL
se ve que eres un tipo afortunado, pero debes oler a diablos
jajaja

Anónimo dijo...

la
caca
eres tú

raggs

Anónimo dijo...

en mi fiesta de cumpleanyos, jugamos el juego de la botella. el que perdia tenia que responder una pregunta que se sacaba de una canasta que rebosaba de preguntas de todo tipo. las preguntas mas obscenas(todas)y los chistes mas rojos(todos),le tocaron a la mas santurrona de mis invitadas (nunca falta una). las preguntas que incluian el tema de la muerte le tocaron (mala pata) a mi amiga que tiene cancer. todavia me pregunto, fue casualidad?. mi invitada, "la santa" me confeso despues que tenia los dedos cruzados para que no le tocara ese tipo de preguntas. y en tu caso que sera?. sera tal vez que las palomas cagan siempre al mas elegante, al que mas se empenya?. o podria preguntarte tambien... en que estabas pensando en ese momento?. quien te dice, hasta las cacas de las palomas podrian ser guinos ;)

A nonimo

Anónimo dijo...

jejeje...de esa vez de la "gran cagada" a hoy, se nota que has desarrollado un buen sentido de la tolerancia. No eres el único que resulta ser el hazmereir en las reuniones; si te contara cada una de las veces en que he hecho el ridículo por ser torpe...¡no alcanzan los años que tengo!!!...pero vale lo de los amigos: siempre "las cagadas " pueden ser motivos de disertaciones delirantes, buenas excusas para reir con la gente que quieres...