se presentará en
Feria Internacional del Libro de Lima
Día y hora:
Miércoles 5 de agosto de 2009, 8 p.m.
Lugar:
Sala José María Arguedas de la Feria Internacional
Direccion:
Museo de la Nación (Av. Javier Prado/Av. Aviación)
Entrada libre
La selección peruana de voleibol venció a la argentina 3-0 y logró su clasificación al Mundial Japón 2010. Y uno de los momentos más emocionantes del partido fue la patadita salvadora de la peruana de nombre raro: Elena Keldibekoba. Aquí la tienen.
¡Estas chicas valen un Perú!
Durante junio todas las calles, plazas, avenidas, instituciones, casas, tiendas, iglesias, etc. de la Capital Histórica del Perú y Patrimonio Cultural de la Humanidad, Cusco, exhiben pequeñas, medianas y grandes banderas gays por invitación expresa de la alcaldía como parte de las fiestas jubilares de la ciudad. Junio es el mes del Cusco y la Fiesta del Sol o Inti Raymi, celebrada el 24, uno de los momentos memorables.
Y digo bandera gay porque lo es. La adoptada hace dos décadas por las autoridades del Cusco como su símbolo no representó al imperio incaico. La Academia Peruana de Historia ya lo dijo en el 2003: “el uso oficial de la mal llamada bandera del Tahuantinsuyo es indebido y equívoco”, porque en el mundo andino anterior a la llegada de los españoles no existió el concepto de bandera y, por tanto, no corresponde a su contexto histórico.
El origen de la bandera multicolor en el Perú es una invención del siglo XX, cuatro siglos después de la desaparición del Tahuantinsuyo o Imperio de los Incas. Dijo en el 2006 la historiadora viva más respetada del país, María Rostorowski: “No existió ninguna bandera en el mundo prehispánico. Grábenselo bien.”, pero no. En el Cusco la siguen usando año tras año, ceremonia tras ceremonia, porque algunos cusqueños no quieren aceptar ni entender que en realidad no representa al orgullo incaico, sino al orgullo gay.
La historia dice que fue en 1978 que la oficializaron y usaron para identificar a la comunidad homosexual durante la Parada por la Libertad de Gays y Lesbianas en San Francisco, EE. UU., a partir de una creación del artista Gilbert Baker, “quien la diseñó como respuesta a la necesidad de un símbolo que pudiera usarse año tras año en las marchas”. Su primer diseño constaba de ocho líneas donde cada color representaba algo: rosa para el sexo, rojo para la vida, naranja para la salud, amarillo para el sol, verde para la naturaleza, turquesa para el arte, azul para la armonía y violeta para el espíritu.
En el Perú, una investigación publicada por el diario El Comercio (2000) señaló como autor de la bandera al ingeniero Raúl Montesinos Espejo, dueño de la radio Tahuantinsuyo, quien en 1973 la utilizó al conmemorar el 25 aniversario de su radioemisora (y seguramente tras leer a algún imaginativo indigenista que afirmó su existencia). Luego su uso y la confusión se fueron extendiendo tanto (para todos era ya “la bandera del Tahuantinsuyo”) que en 1978 la alcaldía del Cusco la declaró emblema de la ciudad.
Tras mi aguda y trascendental investigación (¿?) puedo afirmar que en realidad ambas son muy similares (¡Colón!): la actual bandera gay tiene seis franjas de colores y la que dicen es de los incas, siete. Pero sólo la primera es reconocida oficialmente por el Congreso Internacional de Fabricantes de Banderas. (¿Que quiénes son estos? Pues sabe dios, pero eso dicen por ahí.)
Pero si en el Cusco la quieren seguir usando oficialmente y continuar con el roche histórico, pues adelante. Yo igual agradeceré por siempre a los apus por hacer que esas benditas telas de colores confundan a una linda francesita que me deleitó con su marsellesa mientras le dedicaba mi cóndor pasa. Merci beaucoup. Dyusulpaa. Thank you.
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