lunes, 14 de abril de 2008

Otto, Ana y Jodorowsky

Los amantes del círculo polar debe ser una de las películas más bellas que he visto en mi vida. Y Jodorowsky, la nueva iluminación. Ambos los comparto con Erika Guarniz, quien me envió estos textos: Después de algún tiempo me encuentran, nuevamente, Otto y Ana. Me había olvidado de Finlandia y del sol que se escapa hacia el oeste. Los amantes del círculo polar es una película oculta, como Otto, desnudo bajo la cama dándole a Ana un beso de buenos días. Los desencuentros de nuestra vida deberían ser así, como un atardecer que pasa de lado, o como el despertar, en medio de la noche, y poder mirar hacia un lado de la cama.

Alejandro Jodorowsky es un descubrimiento tardío. El hombre del tercer ojo, el sanador de almas carentes, el cineasta irreal y el psicomago. Confieso, sin remordimiento, haber caído en sus manos, intencional e ingenuamente. Creador, practicante y maestro de la Psicomagia, parece provenir de muchas vidas atrás, sin haber muerto nunca. Le escuché decir en una entrevista que García Lorca no era poesía; y aunque no pueda entender que un poeta no reconozca a otro poeta, no puedo dejar de admirar su aparente entendimiento de la vida, y esa sonrisa sabia, de hombre eterno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jodorowsky, y los amantes del círculo polar, carajo, esa mezcla es para caer primero desde una avioneta en Escandinavia, sin paracaídas, sabiendo que el ciudadano del mundo mágico(J) te rescatará con sus consejos de conejo viejo, pero siempre certero. Con una marimba pasa mucho mejor...